FENOTIPOS, GENOTIPOS Y... ¿ESTEREOTIPOS?

Cuando viajas al extranjero y llegas a otro país, o inclusive en distintas zonas del tuyo, muchas veces lo primero que observas es que la gente se parece entre sí, la mayoría tiene los mismos rasgos faciales, un color de piel similar, hablan muy parecido, etc. A todos estos rasgos físicos se les conoce como fenotipos.

También existen características genéticas, como ciertas tendencias a enfermedades específicas o resistencias a otras que no se dan en la generalidad de la población mundial. A estos rasgos se les llama genotipos.

Debido a que no hay genes nuevos que “ingresen” al árbol genealógico, es obvio que las personas de una misma región sean muy parecidas físicamente pues, al estar limitados por las fronteras, la gente se mezcla la mayor parte del tiempo con quien se rodea.

Pero, ¿Has pensado en los estereotipos? ¿Qué son? ¿De dónde vienen? ¿Son regionales, son extranjeros, son aprendidos o natos?

Un estereotipo es una imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable, es decir, es algún rasgo de una persona, grupo o población que surge de la mente de una persona ajena a éstos y que no cambia.

Que si los estadounidenses son tontos, que si los pobres son ignorantes, que si los alemanes son insensibles, que si los orientales son muy disciplinados, etc. Puedo poner tantos ejemplos que no me alcanzaría el tiempo para terminar de escribirlos, sin embargo sigo pensando ¿De dónde surgieron estos estereotipos?

Sin meternos en camisa de once varas juzgando si son verdaderos o no, lo que me admira es la capacidad de ciertas personas para resaltar las diferencias entre unos y otros. Meditando un poco en el banal asunto, llegué a la conclusión de que tanto los estereotipos, los fenotipos y los genotipos provienen de la misma fuente: el ADN.
Podrás estar frunciendo el ceño o carcajeándote de tal aberración, pero te daré la justificación a mi teoría más adelante.

Primero, hay que entender que cada célula tiene un núcleo y que en ese núcleo se guardan todas las cadenas de información genética de nuestros padres. De una célula materna y de una paterna provenimos, en el núcleo de cada una de ellas viene codificado todo el historial físico, mental  y espiritual de todos y cada uno de tus ancestros. Sí, aunque parezca mentira, hasta la “religiosidad” viene codificada en nuestros genes.

Existen 2 tipos de genes: los genes recesivos y los dominantes. Tal como su nombre lo indica, los recesivos, son aquellos que por ser más débiles es menos probable que pasen a la siguiente generación, se rezagan. En cambio, los dominantes son todo lo contrario, son genes que tienen mayor posibilidad de pasar de generación en generación. Ésta es la Ley de la Evolución, de la Selección Natural y de la Probabilidad. Pero no vengo a dar una clase de genética ni de biología, sino a exponer mi teoría de que los estereotipos también vienen en la información genética heredada de nuestros padres.

Charles Darwin, en su libro El Origen de las Especies Mediante la Selección Natural (1859), explica que una especie se adapta a su entorno y si su entorno cambia, ésta comenzará a mutar para adaptarse y sobrevivir. Estos cambios comienzan a ser patrones de comportamiento adquiridos, hasta que finalmente los genes mutan y se convierten en un patrón genético y transmitible.

Lo mismo pasa con los estereotipos, primeramente son comportamientos adquiridos, luego imitados por las nuevas generaciones, hasta que se convierten en genéticos. Así es como los estereotipos se han convertido en racismo, guerra y fronteras. Tal vez estoy exagerando y sin duda en 100 años más no viviré para probar o refutar mi teoría, pero en retrospectiva me he dado cuenta de que esto no es exclusivo de un país, de una región o de un continente, sino más bien, es exclusivo de una especie: la humana. Un perro francés no es más educado que un neozelandés, los dos se comportarán del mismo modo que lo hacen todos los perros del mundo porque su comportamiento social está grabado en su ADN.

Nosotros mismos creamos, recreamos y transmitimos esta información falsa de que existen pueblos, razas, países, colores y hazañas. Esta información diariamente la estamos tatuando en nuestro genoma y tarde o temprano será transmitido a nuestros hijos. Y así como comenzó en una sola persona estas nefastas ideas, ¿Por qué no puede comenzar en una sola persona la nulificación de ellas? ¿Por qué no soy yo la persona que comience a cambiar mi ADN creyendo, afirmando y reafirmando las cosas buenas de mi prójimo? ¿Por qué no eres tú esa persona que comience el cambio?

Seamos todos “EL PODER DEL UNO” del que hablaba Madre Teresa. Seamos cada uno la PAZ que predicaba Gandhi. Seamos la unificación de naciones y razas de Nelson Mandela. Hace mucho comenzaron los chispazos del “UNO” y es deber nuestro continuar su legado y tatuarlo en nuestros genes, convirtiendo estas ideas en pensamientos y sentimiento que heredemos y en un futuro cercano dominen a toda nuestra especie. Es deber de cada uno de nosotros ser eslabones indestructibles en la cadena de la hermandad. Todos provenimos de la misma fuente, y ha llegado la hora de comenzar el viaje de regreso a nuestro origen: DIOS.

HOY, YO declaro:
YO SOY la primer persona en ver solamente lo bueno de quien me rodea. YO SOY la persona indicada para generar el cambio en mi entorno. YO SOY el dominio de mis debilidades. YO SOY la Paz de mi vida y mi mundo. YO SOY la unificación de mis hermanos. YO SOY AMOR. YO SOY ARMONÍA. YO SOY POSITIVO. YO SOY PROACTIVO. YO SOY BONDAD. YO SOY ABUNDANCIA DE TODA COSA BUENA. YO SOY EL PODER DEL UNO. DIOS Y YO SOMOS MAYORÍA.