El Pensamiento Positivo





¿Te ha pasado alguna vez que crees tener plena seguridad de que algo bueno va a pasar y pasa? bueno, a esto se le llama pensamiento positivo. Dentro de las 7 Leyes Universales, existe una que se llama Principio de Polaridad, esto nos dice que cada cosa, átomo, ser o fuerza en el Universo tiene su opuesto, es decir, su lado positivo y su lado negativo; así como el blanco tiene al negro, todo tiene su opuesto.

De la misma intensidad con que piensas que ese "algo bueno" va a pasarte y te pasa, muchas veces pensamos pero hacia el lado contrario, y también pasa.

Cierto día una señora fue al supermercado con una amiga, bajando de su vehículo las asaltaron a punta de pistola, la señora entró en shock. Llegando a su casa todo giró en torno al asalto por largo tiempo, sus hijos, su esposo, sus hermanos, amigos, etc. venían a consolarla por el gran susto que pasó, hasta aquí todo normal; el problema surgió cuando su hija le dijo que iba al mismo supermercado (pues la señora no salía de su casa por el miedo a ser asaltada nuevamente), e inmediatamente le cruzó por la mente el temor de que a su hija le pasara lo mismo o algo peor. La primera vez que la muchacha fue no pasó nada, la segunda tampoco, pero la señora no había bajado su nivel de intensidad en el pensamiento negativo; finalmente, después de varias veces visitando el mismo lugar, asaltaron a la hija, esta vez con más violencia que a su madre.
¿Comprenden lo que aquí pasó? No es que la señora fuera clarividente, ni sea la reencarnación del Oráculo de Delfos, sino que su nivel de vibración en el pensamiento negativo atrajo toda la situación desfavorable hacia su hija; si hubiera invertido la polaridad del pensamiento, y utilizado el mismo nivel de vibración para uno positivo tal como "Si a mí me pasó, a nadie de mi familia le pasará jamás" y desechando por completo el temor; esto seguramente nunca hubiera pasado.

Este ejemplo no es ficción, le pasó a alguien a quien quiero mucho y a quien le llevó tiempo comprender de lo que esto se trata, tuvo que pasar por un trago más amargo que el propio para comprender que somos nosotros mismos quienes nos acarreamos tanto las cosas bonitas como las feas de la vida.

Si todos vibráramos siempre positivamente, el mundo fuera otro y todo a nuestro alrededor sería como si cada uno de nosotros se hubiera sacado la Lotería diariamente. Cada quien sería más amable con su prójimo, todo estaría guiado por el Amor.

Con todo esto me viene a la mente uno de los 4 Acuerdos del Dr. Miguel Ruiz: "NO SUPONGAS"; suponer que las cosas malas pueden llegar a pasar y poner todo nuestro empeño mental para ello, sólo atraerá lo malo. EL TEMOR SÓLO INTENSIFICA LA ACCIÓN.

Para cambiar el mundo necesitamos cambiar nuestro mundo personal, en cuanto empiezas a ver la vida de manera positiva, a aceptar lo bueno y rechazar lo malo, a proclamar la verdad de cada situación vivida diariamente; en ese momento cambia tu mundo interno, tu mundo personal y por ende, cambia tu percepción de tu mundo exterior. Comienzas a ver a la gente de otra manera, te sientes incómodo con las personas negativas, quieres que cuantos te rodean sientan lo que tú estás sintiendo, una infinita paz y sobre todo AMOR inagotable hacia tus semejantes.

DIBUJA UNA SONRISA ANTE CUALQUIER SITUACIÓN ... ANALÍZALA, APRENDE Y FINALMENTE RÍE. TE ASEGURO QUE ESTO LA HARÁ MÁS LLEVADERA.

ATADURAS FAMILIARES Y SOCIALES

¿Cuántos de nosotros hemos sido chantajeados por nuestros padres, hermanos, amigos, jefes, y en general por alguna de nuestras personas más cercanas? Sin temor a equivocarme, puedo asegurar que todos.

A esto se le conoce como chantaje emocional, es decir, creemos que estamos atados por el lazo familiar o social hacia estas personas y por eso lo permitimos, sin darnos cuenta en ese momento de las consecuencias que tendrá en nuestras propias vidas dicha permisión.
Estamos hablando del típico chantaje (por ejemplo) de "¿te vas a ir?... bueno, yo aquí me quedaré sola y mi alma desvelándome hasta que regreses", "¿seguro que no vas? ¡Todos van a estar en la fiesta!", "¡tanto que he hecho yo por ti para que me pagues así!" y un largo etc.

Todos estos mensajes que nos transmiten nuestro círculo, se van quedando en nuestro subconsciente, hasta convertirse en automatismos, al grado de que cuando somos mayores, nuestros padres no necesitan terminar una frase chantajista para conseguir lo que quieren. De igual modo nuestros amigos, ya que fueron educados de la misma manera, nos chantajean; no se diga nuestros jefes, que en ocasiones llegan a estar comparándonos de manera negativa con nuestros colegas con tal de obtener un beneficio.

¿Cómo hacer para dejar esto atrás? Bueno, la respuesta es sencilla, más no así el llevarla a cabo; lo primero que hay que hacer es APRENDER A DECIR NO cuando queremos decir precisamente NO. Por supuesto, vendrá inmediatamente el sentimiento de culpa y las últimas palabras del chantaje estarán retumbando por un buen rato en nuestra cabeza, pero no hay que sentirnos avergonzados por estos sentimientos, por el contrario, mientras más frecuentemente nos expongan a estas situaciones, más rápidamente saldremos de estas situaciones.

OJO no hay que guardarles rencor a quienes nos traten de chantajear, sino por el contrario, aprender a perdonar todos y cada uno de sus intentos por hacernos sentir mal y perdonarnos a nosotros mismos cuando sintamos culpabilidad por no seguirles el juego.
Lo segundo y no menos importante, es hablar claramente con la verdad y exponer nuestras razones para no querer hacer las cosas, ser UNO MISMO y seguir sin sentir culpa alguna.
En resumen, el secreto para nuestra liberación de los chantajes familiares es: DECIR NO cuando así lo sentimos, EXPONER nuestras razones y ya por último SER UNO MISMO LIBRE DE CULPAS.

MUSICOTERAPIA


La música como terapia (Musicoterapia) es una valiosa herramienta complementaria en la relajación y la visualización. Su influencia es altamente positiva al conseguir que predomine el Hemisferio Cerebral Derecho (encargado de la creatividad, las emociones, la imaginacion, etc.), induciéndolo a la relajación y desconexión de lo cotidiano.
Ya desde la antigüedad se conocía el poder del sonido y sus efectos sobre las emociones y el cuerpo. Filósofos como Platón consideraban la música como materia de primer orden en la educación, a causa de que el ritmo y los sonidos son especialmente apropiados para adentrarse en el alma y conmoverla. Aquí yacía la importancia de que los sonidos fueran armónicos y saludables, ya que así también inspiraría en quien lo escuchase cualidades buenas, virtuosas y el gusto por todo lo bello.
Otro filósofo griego de gran importancia dentro de la utilización de la música con fines terapéuticos, y que ejerció una fuerte influencia en Platón, fue Pitágoras. En su escuela de Crotona, Pitágoras utilizaba la música para la sanación. Esta práctica la llamaba “medicina musical” y entre sus ejercicios con sus discípulos estaba el de escuchar la lira justo al levantarse, ya que apaciguaba los males del espíritu y les preparaba para el trabajo.
En Egipto, donde estudiaron ambos filósofos, la música también era utilizada como remedio curativo. De hecho, el signo jeroglífico de música es el mismo que para bienestar y para alegría.
Y si nos remontamos a las culturas chamánicas de todos los tiempos, encontramos cómo en sus rituales, los chamanes utilizan ritmos y sonidos repetitivos para entrar en estados elevados de conciencia. Hoy se ha comprobado que al utilizar estos sonidos se alteran muchas áreas sensoriales del cerebro que en estado normal no se alteran.
Estas y otras tantas civilizaciones como Mesopotamia, la India, Tibet y los Aztecas, han utilizado la música y los sonidos como mecanismo para alterar, estimular y equilibrar nuestros estados de conciencia. La musicoterapia no es una técnica nueva. El sonido ha sido empleado como método curativo desde hace millones de años.
La variedad de la música relajante abarca desde la clásica (especialmente la de Mozart, la música barroca o los adagios) hasta la denominada New Age o los sonidos de la Naturaleza.
Como terapia individual puede utilizarse sencillamente escuchándola, en una postura cómoda, concentrándose en la melodía y tratando de fundirse en ella, a modo de una meditación. Esto, por sí solo, ya es un excelente ejercicio de relajación mental.
Los sonidos, como cualquier otro estímulo, producen un efecto en el cerebro, activando o desactivando ciertas zonas, y ejerciendo en nuestra conducta determinadas emociones y sensaciones. Se ha podido observar que la música estimula la zona cerebral que registra el placer y numerosos investigadores han medido los efectos fisiológicos de la música y han comprobado que reduce la presión sanguínea y el nivel de hormonas relacionadas con el estrés. También observaron que los sonidos producen cambios en nuestra respiración y en el ritmo cardíaco.
La musicoterapia tiene muchos beneficios, entre ellos:
*Permite un mejor dominio corporal y la armonía de los ritmos fisiológicos, la desconexión de lo cotidiano y, por lo tanto, un estado de relajación mental y armonía emocional.
*Ayuda a la eliminación de los conflictos psíquicos, los estados de estrés, nerviosismo, depresión y otras desarmonías mentales y emocionales dañinas.
*Facilita la armonía con uno mismo, ayudando a conseguir el biorritmo óptimo.

Fuentes: www.cursosccc.com y http://www.revistaesfinge.com/?p=170