ATADURAS FAMILIARES Y SOCIALES

¿Cuántos de nosotros hemos sido chantajeados por nuestros padres, hermanos, amigos, jefes, y en general por alguna de nuestras personas más cercanas? Sin temor a equivocarme, puedo asegurar que todos.

A esto se le conoce como chantaje emocional, es decir, creemos que estamos atados por el lazo familiar o social hacia estas personas y por eso lo permitimos, sin darnos cuenta en ese momento de las consecuencias que tendrá en nuestras propias vidas dicha permisión.
Estamos hablando del típico chantaje (por ejemplo) de "¿te vas a ir?... bueno, yo aquí me quedaré sola y mi alma desvelándome hasta que regreses", "¿seguro que no vas? ¡Todos van a estar en la fiesta!", "¡tanto que he hecho yo por ti para que me pagues así!" y un largo etc.

Todos estos mensajes que nos transmiten nuestro círculo, se van quedando en nuestro subconsciente, hasta convertirse en automatismos, al grado de que cuando somos mayores, nuestros padres no necesitan terminar una frase chantajista para conseguir lo que quieren. De igual modo nuestros amigos, ya que fueron educados de la misma manera, nos chantajean; no se diga nuestros jefes, que en ocasiones llegan a estar comparándonos de manera negativa con nuestros colegas con tal de obtener un beneficio.

¿Cómo hacer para dejar esto atrás? Bueno, la respuesta es sencilla, más no así el llevarla a cabo; lo primero que hay que hacer es APRENDER A DECIR NO cuando queremos decir precisamente NO. Por supuesto, vendrá inmediatamente el sentimiento de culpa y las últimas palabras del chantaje estarán retumbando por un buen rato en nuestra cabeza, pero no hay que sentirnos avergonzados por estos sentimientos, por el contrario, mientras más frecuentemente nos expongan a estas situaciones, más rápidamente saldremos de estas situaciones.

OJO no hay que guardarles rencor a quienes nos traten de chantajear, sino por el contrario, aprender a perdonar todos y cada uno de sus intentos por hacernos sentir mal y perdonarnos a nosotros mismos cuando sintamos culpabilidad por no seguirles el juego.
Lo segundo y no menos importante, es hablar claramente con la verdad y exponer nuestras razones para no querer hacer las cosas, ser UNO MISMO y seguir sin sentir culpa alguna.
En resumen, el secreto para nuestra liberación de los chantajes familiares es: DECIR NO cuando así lo sentimos, EXPONER nuestras razones y ya por último SER UNO MISMO LIBRE DE CULPAS.